Lucas 8:44-46 “se le acercó por
detrás y tocó el borde de su manto; y al instante se detuvo el flujo de su
sangre. Pero Jesús dijo: Alguien me ha tocado; porque yo he conocido que ha
salido poder de mí.”
Hubo alguien
que tuvo la fe suficiente que solo con tocar el manto del Señor Jesucristo
seria sanada, esta mujer se abrió paso en medio de la multitud que esta alrededor
del Señor, y llegando por detrás suyo toca su manto recibiendo la sanidad.
Impactante
como la fe de esta mujer obro en ella el milagro que buscaba, aun sin estar
frente al Señor Jesús, sin que El hubiera dado la palabra de sanidad, sin que
nadie la trajera ante El o que ella fuera rogando por su milagro, simplemente
tuvo fe en tocarlo.
El toque
del Señor Jesús es algo que hizo muchos milagros, recordemos
cuando toco la
suegra de Pedro y su fiebre se fue Mateo
8:15 “Y tocó su mano, y la fiebre la dejó; y ella se levantó, y les servía.”, maravilloso Jesús,
cuando todo lo que tocaba quedaba sanado, limpio libre de enfermedad y
totalmente recuperado.
Cuando
Jesucristo tocaba alguna persona, lo primero que mostraba era su sencillez, su
amor por las personas, no importaba que para otros esa persona fuera
considerada inmunda, siempre mostro su lado cálido, brindando a otros el amor
que nadie les daba y la llenura del Espíritu Santo, desataba sanidad inmediata,
Mateo 8:3 “Jesús extendió
la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante su lepra desapareció.”, el leproso que se acerco
a pedirle que si El quería lo limpiara de su lepra, Jesucristo mismo no le
importo la condición de este hombre, extendió su mano y lo toco diciendo que quería
que fuera limpio.
Los
milagros del Señor estaban rodeado de dos cosas muy importantes su amor y la fe
de quienes lo necesitaban, entendamos entonces que si yo quiero un milagro de Jesús
en mi vida, debo estar en medio de estos dos grandes dones, primero el amor del
Señor por mí, y de eso estoy seguro lo recibo de su parte si lo acepto a El
como el hijo de Dios, y como mi único Salvador y Señor de mi vida, y segundo la
fe que debo tener como dice El en su palabra que todo lo que pida a Dios Padre
en su nombre me será dado.
Dile hoy
al Señor Jesucristo, Quiero que tú me toques, quiero ser limpio quiero ser
libre de pecados quiero ser sanado de mis enfermedades físicas o del alma,
quiero sentir tu cálida mano sobre mi vida, quiero Dios mío ser trasformado por
tu poder, por el poder de tu palabra, vamos recordemos que dice la palabra en
Romanos 10:13 “porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.”,
entonces dile ahí donde estas ahora no importa si en la oficina, si en casa, en
una sala internet, o en algún lugar móvil, repite conmigo con mucha fe porque
Dios está ahí contigo y quiere escucharte:
“Señor Jesús, hoy reconozco
que eres hijo de Dios, que fuiste a la cruz por mi y me has dado vida nueva, te
pido perdón por todos mis pecados, me aparto de ellos y te invito a entrar a mi
corazón, para que seas mi Único Señor y Salvador, haz de mi como sea tu
voluntad, gracias Dios Padre por tu amor, el perdón y el regalo de la vida
eterna en el nombre de Jesús de Nazaret Amen”.
Hoy
entregaste tu vida y corazón a Jesús, si haz hecho esta oración con fe, todos
tus pecados han sido borrados, te aconsejo que empieces hoy una vida diferente busca
de Dios siempre en oración, lee su palabra empieza por los evangelios de Juan,
Lucas, Mateo o Marcos, hazlo un habito diario y veras como Dios toca tu vida y serás
transformado por su poder.
Dios te
bendiga a esta hora y declaro en el nombre de Jesús que serás una nueva persona
desde hoy, para la gloria de Dios, amen.
William González Velasco.
M.P.N.
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