Eclesiastés 3:1-8 “Todo
tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Tiempo
de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo
plantado; tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de
edificar; tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de
bailar; tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de
abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar; tiempo de buscar, y tiempo de perder;
tiempo de guardar, y tiempo de desechar; tiempo de romper, y tiempo de coser;
tiempo de callar, y tiempo de hablar; tiempo de amar, y tiempo de aborrecer;
tiempo de guerra, y tiempo de paz.”
Todo
tiene su tiempo y todo lo que queremos debajo del cielo tiene su hora, nuestro
tiempo está en las manos de Dios Padre, del Creador de todo el universo, el dueño
de la tierra y toda su plenitud.
Mientras
somos niños, anhelamos crecer ser como nuestros padres, o hermanos o primos,
vemos en los más grandes un modelo a seguir y cuando vamos creciendo queremos
salir disparados en el tiempo como si fuéramos en una carrera contra reloj. En
nuestros tiempos, hemos vivido y hemos