Gálatas 4:6-7 “Y por cuanto sois
hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama:
¡Abba, Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también
heredero de Dios por medio de Cristo.”
Somos hijos
de Dios, porque al Padre así le plació, no porque lo merezcamos sino por
gracia, y por aquel que nos libero de la muerte eterna de la condenación del
pecado el Señor Jesucristo, quien vive y está junto al Padre en el Reino
de los Cielos.
Solo cuando
hemos entendido, el valor de este título, cuando hacemos que en nuestra vida se
convierta en realidad por el don de la fe, es cuando recibimos el Espíritu
Santo en nuestros corazones,