Jesús Reparador de Corazones.

Proverbios 15:13 ”El corazón alegre hermosea el rostro; Mas por el dolor del corazón el espíritu se abate” 

Cuantas veces, estando en las delicias de una relación de pareja, te encuentras a alguien y te dice, “Que te hiciste, te ves feliz, te brilla la mirada”, “A que se debe tanta dicha”, o cuando acabas de terminar con esa relación que te duele hasta el esqueleto, entonces te ven en la calle y comentan “véalo(a), le dijeron no se meta con ese(a), le va a ir mal”, “no pobre lo(a) dejo acabado(a)”.

La palabra de Dios de este tiempo, nos hace énfasis a la importancia de un corazón alegre, cuando tenemos un gran sentimiento, cuando amamos con tanta pasión, con tantas ganas, reflejamos ese bienestar en todo nuestro ser, cambiamos de alguna manera para bien. Así mismo en la ley de Dios nos dice: “Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón;”  (Deuteronomio 6:5-6), por tanto amar es un mandato divino, pero tener en cuenta que debes Amar por encima de cualquier persona y/o cosa a Dios nuestro Señor.

Cuando tu empiezas a sentir amor por una persona y esta empieza a ocupar un espacio importante en tu corazón, no permitas que llegue a desplazar tu amor propio, ese que debes tener por ti mismo, y mucho menos desplaces el amor que debes tener por Jehová nuestro Dios, lo pongas a esa persona como el rey(reina) de tu vida, porque hace mal para ti y para esa misma persona, pues ahora le adoras como un “ídolo”; La idolatría es abominación a Dios, nos dice “huid de la idolatría” (1ra Corintios 10:14), suena duro, pero así es.

Haz puesto a alguien en un trono, le rindes cuentas de tus actos, todo le consultas, no resistes si contigo se enfada, le pides perdón sabiendo que no tiene la razón, y todo por qué dices “no quiero que me deje”, “si me deja me muero”, “que será de mi”, Amados, cuantas veces algún día dijimos tales cosas, que daño tan grande endiosamos a un ser igualito a nosotros, y este a su vez por bueno que hubiera sido, le dañamos su forma de ser con nosotros, pues sin darse cuenta la otra persona empieza a comportarse de manera déspota, como se lo hemos permitido, “pisotéame que así soy feliz”, entonces literalmente esa persona pasa por encima de ti.

Quizás para otros el amor más grande esta en un negocio, en su empresa, y le dan tanto de sus  vidas que se consumen y no le disfrutan, o quizás llego el día en que esa empresa fracaso, entonces se llenan de dolor por dentro, ese corazón se rompe. El amor al dinero, al poder, convirtiéndose en el dios al que realmente adoran, algunos idolatran sus vicios, el alcohol, las drogas, el sexo, y apartan de su corazón a Dios, y aun peor, el corazón seles vuelve de piedra, se vuelven fríos y sin sentimientos, esto no abate el espíritu mas si lo mata.

Hermanos(as), esto sucede por reemplazar el amor que le debemos a Dios y el nuestro propio, por un amor a un ajeno a un ser de carne igualito a nosotros o alguna cosa material, “Idolatras somos” y ante los ojos de Dios no somos bien vistos cuando hacemos tal cosa.

Dios quiere que amemos, entre nosotros y toda su creación, y que todo lo que hagamos sea con amor para agradarle a El.

Dios es amor, quiere que amemos, nos hizo a su imagen y semejanza, nos dice en su palabra por medio de  Jesús el Reparador de Corazones,  que nos amemos los unos a los otros, como El nos ha amado (Juan 13:34). Pon prioridades en tu corazón, recuerda primero Dios, de ahí sigues tu, apréndete a amar a ti mismo, valórate, tu eres un tesoro para tu Padre Dios, si eres digno de su amor es porque eres importante, así aprenderás a amar a la pareja que Dios ponga en tu camino, y no sufrirás ni desfallecerán tus fuerzas, “Todo llega a tu corazón”, recibe lo bueno y guárdalo y lo malo deséchalo para que no te aflijas por lo que no vale la pena.

Hoy quiero invitarte a que si por alguna razón, haz desplazado a Jesús de tu corazón y reemplazado el Amor de Dios por alguien o por algo (dinero, sexo, rumba, vicios, excesos) es momento que abras la puerta al amor de Cristo Jesús, por ello te invito a que con Fe, oremos juntos así:

“Padre Dios, hoy reconozco que me he apartado de ti, que he cambiado el amor que te debo a Ti por amor a las cosas del mundo, te pido perdón por todos mis pecado, abro la puerta de mi corazón y te recibo Señor Jesús, como mi único Señor y Salvador Personal, te entrego el trono de mi corazón y mi vida, haz de mi la persona que tu quieres que yo sea, te doy gracias por tu perdón y por el Amor que siempre me has brindado, apunta mi nombre en el libro de la vida y no lo borres jamás, gracias en el Nombre de Tu hijo mi Rey y Salvador Jesucristo, Amen y Amen”

Ya has recibió a Jesús y con la fe puesta en El, en la obra que hizo en la cruz para lavar nuestros pecados con su sangre, solo por Amor a todos, dedica en la mañana unos minutos a orar y darle gracias a todo momento, Dios hará en tu vida cosas maravillosas.

Les bendigo a todos en el nombre de Jesús, y les deseo un resto de semana en victoria y en la presencia de Dios nuestro Señor.

William González Velasco.

M.P.N.