martes, 7 de mayo de 2013

Un Rescate Oportuno.



Salmos 40:1-2  “Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.   Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.”


Alguna vez has estado esperando pacientemente en medio de una situación
desesperada?, suena algo confuso, pero encontramos día a día situaciones donde nosotros quisiéramos salir corriendo pero permanecemos quietos, estáticos, quisiéramos tirar todo pero algo no nos deja hacerlo, por esto la palabra de Dios siempre nos trae la verdad y el conocimiento para
saber qué hacer ante las circunstancias desesperantes.


Cuando una persona que no sabe nadar o no puede hacerlo por algún motivo y está en medio de agua y no halla la manera de salir de allí es un momento muy desesperante, es una situación crítica, pero lo primero que dice un rescatista cuando se acerca a la persona es “trate de conservar la calma”, quiere decir que están pasando por mi pensamientos de un posible me ahogo, me muero y alguien viene a decirme que me quede tranquilo?. El rescatista sabe que lo primero que debe generar en la persona es tranquilidad para que tenga seguridad en el y pueda obrar una maniobra para poder salvarle la vida, de lo contrario si la situación no es controlada por la misma persona ambos pueden perecer o puede tornarse en un rescate muy complicado.

Ante las adversidades, nuestra mente se nubla tanto que no podemos ver ni siquiera con claridad las opciones que podemos tener para solucionar alguno problemas o dificultades, ahora recuerdo que alguien me decía “tu situación tiene solución?, si la respuesta es si, entonces es una dificultad y como tiene solución, no tiene sentido que ocupes tu mente en ello, pero si tu respuesta es no, realmente es un problema, y qué más da, si no tiene solución entonces igual no le des tanta importancia en tu mente”, la verdad es que entendí muy bien esa frase y al ponerla en práctica muchas cosas que yo enfrentaba fueron solucionándose y otras simplemente debí asumir las consecuencias.

Dios en su infinita misericordia y su poder sobrenatural obra en cada uno de nosotros cuando encuentra personas que oran con fe, y esperan en El la respuesta a todas sus dificultades, obviamente la espera que nosotros tenemos en Dios no puede se una espera inactiva, sino una espera con acciones, si sé que tengo dificultades en mis finanzas, pues orare a Dios para que me de sabiduría para administrar mejor y de paso mientras El obra con respuestas maravillosas, yo dejo de hacer gastos innecesarios, si mis dificultades son en el matrimonio expongo a Dios mi situación y en casa tomo la mejor actitud ante mi pareja, no busco pelear, ni imponer mi razón, discutir no tiene salidas sanas, dialogar si, debo escoger los momentos de calma para hablar pacíficamente.

Cuando aprendo a esperar en medio de la desesperación, Dios mismo me sacara del lodo, del fango y pondrá mis pies sobre la peña la roca que es el fundamento de su amor, el Señor Jesucristo, nos afirmara en su verdad y su palabra

Dios los siga bendiciendo.

William González Velasco.
M.P.N.

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