miércoles, 20 de abril de 2011

El Perdón, Un Sentimiento o Un Mandato.

Lucas 17:3-4 Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale. Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día volviere a ti, diciendo: Me arrepiento; perdónale.”
En la forma de orar que Jesús, nos dejo como enseñanza, dice “Perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden”, hasta aquí todos nosotros, repetimos miles de veces esta parte de la oración y quizás nunca le hemos puesto el sentido real que tiene o el valor tan grande. Perdónanos como nosotros perdonamos, entonces quiere decir que primero ya perdone a mi prójimo, a mis semejantes, a todos, sin excepciones, entonces estando libre de culpas y odios o rencores me acerco a mi Padre y le pido perdón por mis ofensas, mis pecados, eso es un arrepentimiento sincero...


En la palabra de Jehová, está muy claro, el que perdona genuinamente es capaz de perdonar no solo una vez si no todas las veces que sean necesarias, pues el perdón no es un sentimiento, es un mandato que nos enseño Jesús, te pregunto ¿Acaso no fue para perdonar nuestros pecados que Cristo vino al mundo?.

Sabes aquel que pide perdón y aquel que lo brinda ambos son bendecidos por el Padre Celestial, pues cuando hay una situación donde dos se encuentran para practicar el perdón, Jesucristo esta en medio de ellos, entonces imagínate que dichosos debemos sentirnos cuando perdonamos, mas aun cuando somos perdonados.

Dios nos enseña también que aunque no seas tú el agresor o el responsable de cualquier desacuerdo con tu herman@, no dejes pasar el tiempo esperando que el ofensor venga a pedirte perdón, ve tu a tu herman@, y con humildad de corazón, enséñale sobre el perdón de una manera sencilla, Tu pídele perdón por no comprenderle, por no entenderle, por haberlo hecho sentir ofendido, veras que inmediatamente la presencia de Dios, le enseñara que él es el responsable y también te pedirá perdón, claro está algunos duros de corazón, ante ti no bajaran la cabeza, si así es, que importa, pues ahora tu eres libre de ese pecado, de esa ofensa, deja que el Dios Padre trate con él ese asunto.

EL Perdón es un mandato, pero también es una medicina que mantiene limpio tu corazón y el corazón de quien es perdonado, es tan fuerte que muchas personas se han sanado de enfermedades incluso de aquellas que lo llevaban a la muerte (Mateo 9:5-6), el odio, el rencor, te aflige, te amarga, te enferma. Por eso también es el arma más poderosa del cristiano para derrumbar toda obra de Satanás, así lo hizo Jesús, venció al poder de las tinieblas redimiendo todos nuestros pecados ante el Padre, ahí en la cruz del calvario, que no se te olvide.

Ahora quiero que también entiendas que pedir perdón no es lo mismo que pedir disculpas, cuando dices discúlpeme, no estás asumiendo la responsabilidad de tus actos, estas tomando la posición de “yo tengo la razón, pero dejemos así”, te estás excusando, disculpando, no estás arrepentido y pidiendo perdón, Satanás sabe lo que se mueve alrededor del perdón por eso estamos con una venda en los ojos, pensando que disculpas y excusas, son iguales a perdón, o esta frase que me llamo la atención y que hace mucho tiempo atrás yo la tomaba para mi “Que te perdone y olvide, no soy Dios, ni sufro alzhéimer” , Dios Santo, que error cuando repetimos tantos argumentos  de otros, déjame decirte que quien perdona sinceramente, no olvida es claro, porque hace parte de vivir, de tu pasado, pero donde debes dejar el pasado?, tu pasado debe quedar siempre atrás, se trata es de perdonar y que si algún día, viene a memoria esa situación de agravio o de ofensa, pues sencillamente por haber perdonado ya no te causa dolor o aflicción, simplemente fue algo que paso, que ya dejaste atrás.

Aplica cuatro sencillos pasos para obtener el perdón de Dios Padre.

1-    Perdona a todos los que te ofenden no solo una vez, las que sean necesarias.
2-    Pide perdón a todos los que ofendiste, aunque no te escuchen, aunque ya no vivan, aunque no te perdonen.
3-    Perdónate a ti mismo, este es el paso más duro de dar, muchos vivimos en condenación porque siempre nos reprochamos lo que hicimos o dejamos de hacer.
4-    Pídele Perdón sincero a Dios, pues ahora si estas en paz con todos.

Amad@s, esta es la verdad de Dios para nosotros, recuerda su palabra en Juan 8:32 “y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.” , hoy eres libre, sabes la verdad y además aprendiste a perdonar. Ahora ve perdona y pide perdón.

William González Velasco.
M.P.N.

2 comentarios:

  1. William: Mi querido hermano en Nuestro Señor Jesucristo: Perfecto, hay claridad, hay concordancia sujeto-objeto, muy buena redacción, perfecto el mensaje. Que el señor te bendiga.

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  2. Un lindo mensaje de refleccion Dios lo bendiga

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