Santiago 3:9-11 “Con ella bendecimos al Dios y
Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de
Dios. De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no
debe ser así. ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y
amarga?”.
Para cuando hemos lanzado una palabra en contra de alguien en el mundo
espiritual ya existe un decreto sobre la vida de esa persona, desconocemos
tanto el poder que nos entrego nuestro amado Dios y Padre que no medimos el
impacto de nuestras palabras inclusive sobre nosotros mismos.
Amados en el texto de la bendita
palabra de Dios en Santiago, nuestro Padre quiere que reflexionemos como con la
misma boca que decimos creer en Dios, respetarlo, amarlo, somos capaces de
maldecir a nuestro prójimo a nuestros hermanos, en pleito, contiendas o en
murmuraciones y chisme de esquina y corredor. Dios nos dice en Proverbios 19:20 “Del fruto de la boca del hombre se llenará su vientre; Se
saciará del producto de sus labios.” el poder de
nuestras palabras y frases es tan grande que finalmente de esas mismas cosas
terminamos nosotros alimentando nuestro ser interior, recordemos el famoso
dicho popular “nadie escupe para arriba”.
Nuestra manera de hablar dice mucho
de lo que realmente estamos nosotros llenos, Mateo 12:34 “¡Generación
de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia
del corazón habla la boca.” Dios
siempre nos ha ilustrado como por las malas palabras terminamos en malos pasos,
malos caminos, malos entendidos, en maldiciones que nunca nos habíamos imaginado,
cuando hay mentira y resentimiento y odios somos como sepulcros que solo
albergan muerte Salmos 5:9 “Porque en la boca de
ellos no hay sinceridad; Sus entrañas son maldad, Sepulcro abierto es su
garganta, Con su lengua hablan lisonjas.”.
Para todos nosotros debe quedar
claro que nuestra palabra esta envestida de mucho poder, dice Proverbios 18:21 “La muerte y la vida están en poder de la lengua, Y el que
la ama comerá de sus frutos.” Con mi
palabra puedo dar vida o muerte, para muchos parecerá extraño o exagerado pero
con algo sencillo Dios nos mostrara por que tanto poder, Dios y Padre es el
Todopoderoso, desde Génesis todo se hizo por su palabra, decía hágase la luz y
se hizo, y allí en el mismo Génesis Dios dice “hagamos el hombre a nuestra
imagen y semejanza”, ahora si entiendes por que podemos dar vida o muerte con
la palabra somos sus hijos hecho a imagen y semejanza suya, pero si aun hay escépticos
ante este poder respóndete a ti mismo esto ¿Para qué estas orando al Padre que
te conceda algo si tu palabra no tiene poder?, entonces tus oraciones no sirven,
no tienes poder ni autoridad.
Si en verdad quieres ver milagros
sobrenaturales en tu vida, si quieres cambiar las circunstancias que hoy estás
viviendo empieza por santificar tu boca, tu lenguaje, tu manera de expresarte,
te invito a que apliques estos principios básicos que te traerán grandes
bendiciones:
1- Limpia tu Corazón: Si en Mateo 12 Jesús
dice que nuestra boca habla de aquello que está en nuestro corazón, es hora que
empieces a pedirle a Dios que tu corazón este sano, puro, limpio entonces tus
palabras serán diferentes.
2- Borra palabras: Las palabrotas, o
las frases en doble sentido, no son buenas para ti y mucho menos para los que
las oyen dice Efesios 4:29 “Ninguna
palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la
necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.” Si no vas a bendecir
o dar aliento a alguien mejor no hables, tu silencio es más sabio.
3- No maldigas: no profieras palabras
de maldición o deseando mal a otros, no te castigues a ti mismo Romanos 12:14 “Bendecid a los que os
persiguen; bendecid, y no maldigáis.”
4- Ser Cortes: La cortesía de un saludo
demuestra mucho de tu ser interior, algunas personas ya lo olvidaron pasan de
largo y no se saludan ni se desean un buen día Mateo 10:12 “Y al entrar en la casa, saludadla.”
Amados espero que este tema haya
sido de gran bendición para ustedes les deseo un fin de semana en victoria y
que las bendiciones de nuestro buen Dios y Padre los alcancen.
William González Velasco.
M.P.N.
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