Lucas 11:10 “Porque todo aquel que pide, recibe;
y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.”
Nos enseña el Señor Jesucristo tres
derechos que tenemos ante nuestro Padre Amado, según su bendita palabra todos
podemos pedir, buscar y llamar y Dios Padre nos responderá las peticiones. Ya sé
que muchos están pensando pero yo pido y no se me da, he buscado mucho pero no
encuentro salida, y otros más negativos yo llamo a Dios a Jesucristo a sus ángeles
pero ninguno me responde antes todas las puertas me han sido cerradas.
Dice la palabra en Santiago 4:3 “Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en
vuestros deleites.” Siempre
hemos pedido lo que no es para nosotros, por no recibimos o sencillamente el Padre
está esperando el momento indicado para darte lo que le has pedido, aunque en
ocasiones pedimos de verdad muy mal, he escuchado gente que pide “Dios te pido
que me hagas ganar los exámenes finales” y este joven no estudia nunca, será que
Dios le concederá ese deseo?, otros por ejemplo “diosito ayúdame a pagar mi
casa”, pero unos meses antes que tenía el dinero lo derrocho en una fiesta
innecesaria, o comprando algo que no tenía necesidad, y para empeorar le
refieren a Dios al Todopoderoso el diminutivo “diosito”, no se a que diosito tu
le ores, yo he aprendido a que si quieres darle una palabra de cariño dile
Padre Dios, Papito Dios, Abba Padre, si tu oras a un diosito ese no es el Padre
dueño de la tierra y su plenitud.
Buscamos pero nunca hemos encontrado
ni las respuestas, ni la salida, parece que Dios cerro sus ojos para mi, y mis
caminos se oscurecen, no se cual es mi rumbo, busco, busco pero no hallo,
muchas personas en repetidas ocasiones me refieren este comentario, al cual yo
les digo y que es lo que estas buscando?, “pues que Dios me ayude”, “Que Dios
se manifieste”, “busco un milagro”, todos están buscando algo, entonces les
digo, si sientes un malestar que haces? “voy al médico”, si se daña el tv? “ah
voy al técnico”, exacto… ves como para las cosas naturales sabemos a dónde ir,
no buscamos una obra hecha, buscamos a aquel que puede hacerlo, entonces debemos
buscar a Dios, la fuente de nuestras soluciones.
Muchas veces llamo a Dios, le hablo
incluso voy a un monte y grito pero nada, parece que no me escucha, pero y como
le llamas?, oras a tu Padre que está en los cielos, concentrad@, a solas que
nadie te interrumpa, y estando en paz con El, si te comportas como su hijo,
eres obediente a su mandato, porque muchos de nosotros estamos tan lejos de Él,
de su reino, de su justicia, de su autoridad que aunque nos abrió la puerta no
vemos la entrada.
Quiero que hoy decidas hacer buen
uso de tus derechos de hijo de Dios:
1- Pídele en su nombre y creyendo: Juan 16:24 “Hasta ahora nada habéis
pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido.” Mateo
21:22 “Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis.”. Debemos pedir siempre en el nombre poderoso de Jesús
y convencidos que se nos dará lo que pedimos.
2- Búscalo en su Reino: Mateo 6:33 “Mas
buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os
serán añadidas.” Juan 14:6 “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la
vida; nadie viene al Padre, sino por mí.”. Busca el Reino para poder encontrar a Dios ahí es donde el permanece, y
el camino para ir a su reino es buscar a Jesucristo, conociendo el Salvador,
hallamos el camino al Reino a Dios.
3- Llámalo en su propia puerta: Juan 10:9 “Yo soy la puerta; el que
por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.” Lucas 13:24 Esforzaos a entrar por la puerta angosta;
porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán”. La única puerta
el único camino es Jesús, es quien nos salvo con su sangre, pero si no lo
reconocemos sino aceptamos que es su hijo y que nos salvo no entraremos al
Reino.
Como quieras que lo veas lo que
necesitas es Pedir, Buscar y llamar por medio de Jesús al Padre nuestro gran
intercesor, abogado nuestro es su hijo, El vino nos perdono, nos rescato y
ahora está con los brazos abiertos esperando que tu y yo lo aceptemos para que
seamos contados como hijos de Dios.
William González Velasco.
M.P.N.
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