viernes, 29 de abril de 2011

Una Brújula Divina.

Mateo 6:10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra...”

El Padre Nuestro, la oración que Jesús nos enseño si tan solo le pusiéramos un poquito de atención a cada frase, a cada una de las 7 siete peticiones, nos asombraríamos del poder de esta oración.

El tema que trae revelación la palabra de Dios para nosotros hoy tiene relación con la guía que debemos buscar siempre en su presencia, a toda hora y en todo momento, que El, sea nuestra Brújula Divina, “Hágase tu Voluntad”. Nuestro diario vivir es una constante toma de decisiones, pedirle a nuestro Padre Celestial que se haga su voluntad, no es decirle “bueno Señor si este mal es para mi, toca aceptarlo”,  no esa no es la forma que Dios quiere que
veamos las cosas, en otra oportunidad nos enseñaba Dios por medio de su palabra que muchos de los acontecimientos en nuestra vida eran resultado de nuestra manera de vivir, entonces lo primero que debemos recordar es que las cosas que van contra nuestro crecimiento espiritual no vienen de Dios, incluso muchas de estas cosas, tampoco vienen de una maquinación Demoníaca, sino de la manera como hemos vivido y de las decisiones que hemos tomado.

Pedir la dirección de Dios por medio de su Voluntad va mucho mas allá de aceptar que todo pase y que nos resignemos, sabes en la madrugada, leía un texto relacionado con la voluntad de Dios y sobre la oración del Padre Nuestro, y por medio de la revelación de Jehová nuestro Dios, empezaba a comprender la inmensidad y la perfección de su sabiduría y quiero enseñarte algo. Primero Jesús nos enseño que Jehová es nuestro Padre, entonces como hijos suyos, El se moverá siempre a misericordia con nosotros por su infinita gracia(Don Divino) y nos dará no solo su guía sino que suplirá todo cuanto nos haga falta.

Piensa un poco en esto, Que padre, viendo que su hijo está necesitado de zapatos, por que los únicos que tiene están rotos, y el hijo siendo sumiso a la voluntad de su padre no le pide por unos nuevos, sino que empieza a remendarlos porque sabe la situación económica de su padre, pero su padre ve esa necesidad de su hijo y aún en este hombre hay una gota de amor por su hijo, hará hasta lo imposible por conseguir esos zapatos nuevos para él, sin necesidad que su hijo se lo haya clamado, pues ve como su hijo es obediente, nada exigente y ama a su padre. Entonces si aprendemos a decirle a Dios en toda ocasión buena o mala, dura o sencilla, Padre toma tú la decisión y que se haga tu voluntad, déjame decirte que si eres sincero, si de verdad estas a los pies de tu Padre Celestial, la voluntad de El no es que sus hijos pasan vergüenza, tampoco que pasen necesidades, pues si nosotros que somos imperfectos, queremos que nuestros hijos tengan lo mejor (Lucas 11:11-12), comprende que nuestro Padre Dios nos dará todo aquello de lo que carecemos, quizás estamos por perder el trabajo, por perder el hogar, estás enfermo o un familiar tuyo, decirle a Dios,” Padre que se haga tu voluntad”, es lograr que nos mire con misericordia y mueva su mano para calmar nuestras angustias, porque la voluntad de Dios es agradable y perfecta (Romanos 12:2), El nos ama, Dios es amor, entonces si nos ama y somos sus hijos y somos leales a Él, obedientes a sus mandatos, y guardamos Temor a Él, nuestro Padre nos tomara en sus manos y todo nos dará y en abundancia. Déjate guiar por El, Jesús mismo clamo en el monte de Getsemaní, Mateo 26:39 “Padre mío, si es posible pasa de mi esta copa, pero no se haga como yo quiero, sino como tú”, para que el Creador le diera su consuelo, le diera la orientación que necesitaba, que lo cubriera con su manto, que le sustentara, que movido a misericordia, hiciere lo bueno con El aunque sabía que debía pasar por un momento duro que dolería, y cuál fue el regalo le glorifico, le levanto de entre los muertos. Amados tenemos un Padre, amoroso, misericordioso, agradable, perfecto, y sobre todo Rey de todo cuanto vemos e incluso lo que no vemos.

Que Jehová nuestro Dios nos bendiga y déjame desearte un fin de semana bajo la protección de nuestro Precioso Señor Jesucristo.


William González Velasco.
M.P.N.

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