martes, 21 de febrero de 2012

Mi Heredad Es Del Reino.


Gálatas 4:6-7 “Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo.”

Somos hijos de Dios, porque al Padre así le plació, no porque lo merezcamos sino por gracia, y por aquel que nos libero de la muerte eterna de la condenación del pecado el Señor Jesucristo, quien vive y está junto al Padre en el Reino de  los Cielos.

Solo cuando hemos entendido, el valor de este título, cuando hacemos que en nuestra vida se convierta en realidad por el don de la fe, es cuando recibimos el Espíritu Santo en nuestros corazones,
por el cual podemos clamar Papito Dios, a nuestro Padre que está en los cielos y si somos llamados hijos nuestra herencia es conjunta con Cristo Jesús, herencia de príncipes del Rey de Reyes y Señor de Señores.

La esclavitud del pecado es rota cuando entendemos la obra hecha por nuestro amado Señor Jesús de Nazaret, quien por medio de ceder su vida en manos de hombres, quien dejo riquezas y comodidades de su reino para vivir en medio de las incomodidades del mundo juntamente con nosotros, entrego su cuerpo en el momento que fue conveniente para que la condenación nuestra fuera llevada a la cruz del calvario y juntamente con todo decreto de muerte de enfermedad y de pobreza fue crucificado, llevando al final nuestra esclavitud, pero para libertad y salvación de nosotros, era necesario que resucitara, así el Padre se glorifica en el hijo y el hijo en el Padre. Colosenses 2:14-15 “anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.”

Si el Señor Jesucristo no hubiese resucitado, no existiría la libertad del pecado y de la muerte eterna, la obra salvadora hubiese sido inconcluso, por tanto mediante la fe en su resurrección la libertad es dada a nosotros porque el venció en la cruz tomando nuevamente su vida mostrando su majestad ante la muerte misma, y regresando al Padre para su gloria eterna.

Para que alcancemos la heredad del reino de los cielos practiquemos estos principios fundamentales:

1 Cree y recibe a su Hijo: Juan 1:12 “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;”. Dice la palabra que TODOS los que le recibieron y creen en su nombre son hechos hijos de Dios, si no recibimos a Jesucristo y no creemos en su nombre, como creer entonces en Dios Padre, la verdad no puede ser parcial, la verdad es absoluta completa, Jesús es el Hijo de Dios y Dios es Padre, lo envió a salvarnos por amor a nosotros mismos. Juan 3:16 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”.

2 Honra a Tu Padre: Éxodo 20:12 “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.”, dice la ley dictada por Dios que quien honra a padre y madre naturales sus años sobre la tierra serán alargados, entonces al dar honra al Padre eterno la promesa de vida es extendida hasta la vida eterna, para poder disfrutar de la heredad del reino de los cielos, adicionalmente estamos bendecidos sobre la tierra donde Dios nos coloca Efesios 6:2-3 “Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.”.


3 Conserva tu lugar: No lograremos ser herederos de Dios si no conservamos nuestro lugar como verdaderos hijos, quien no reconoce al Hijo para reconocer al Padre, y no le da la honra al Dios Todopoderoso como único Padre excelso, no puede tomar su lugar como príncipe de su reino Salmos 45:16 “En lugar de tus padres serán tus hijos, A quienes harás príncipes en toda la tierra.”. Si en los lugares terrenales seremos príncipes por causa de nuestros padres más aun seremos Príncipes del cielo  reconociendo a Dios Padre como Único Dios verdadero.

Reconoce a Dios Padre y al Hijo repite conmigo “Dios y Padre hoy te necesito reconozco a Jesús como tu hijo y redentor, te pido perdón por todos mis pecados, decido no volver a ellos, renuncio a todo lo incorrecto y abro mi corazón para que entres Jesucristo y seas mi Único Señor y Salvador personal, haz de mi una persona nueva, escribe mi nombre en el libro de la vida, te doy gracias por tu amor, tu perdón y el regalo de la vida eterna en el nombre poderoso de tu amado Hijo Jesús de Nazaret, Amen.”

Hoy recibiste a Jesús en tu corazón y confesaste su nombre, y por su palabra empiezas una nueva vida y eres llamado hijo de Dios.

Dios te bendiga.

William González Velasco.
M.P.N.

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